Sin embargo, la GSMA ―organización de operadores de telefonía móvil― estima que para el próximo año América Latina alcanzará en promedio una cobertura de 3% en redes, pero con nula adopción por parte de los usuarios.

Para 2022 la cobertura será de 5%, aún sin adopción, y hasta 2025 habrá cobertura de 41% de la población, pero el uso será sólo de 8%.

¿En qué consiste?

Como tecnología emergente existe una gran cantidad de interrogantes alrededor del 5G y de su relación con los consumidores.

Gonzalo Rojón, analista de The Competitive Intelligence Unit (CIU), explica que se trata de la evolución de una tecnología móvil.

“Hemos venido evolucionando de 2G a 3G, a 4G, y ahora vendría la evolución hacia el 5G”. Esto ha significado un avance en cuanto al acceso a internet, mientras que la voz [llamadas] no ha tenido mayores cambios, indica.

La mayor velocidad de internet móvil ha dado paso a un ecosistema de aplicaciones que requieren un ancho de banda superior. Por ejemplo, sin 3G o 4G no habrían podido estar disponibles tecnologías como Spotify para escuchar música en el momento, Netflix o el acceso a mapas o GPS como Waze.

“El 5G implica un aumento en la velocidad, pero, adicionalmente, ante un mayor ancho de banda conectamos más cosas, que es el Internet de las Cosas: macetas, refrigeradores, relojes, automóviles. Entonces necesitamos un ancho de banda superior”, detalla.

Para tener una idea de las velocidades de las redes, en 3G el tiempo de respuesta era de 100 milisegundos, mientras que en 4G alcanzaba los 50 milisegundos y en 5G será de un milisegundo.

Comenzamos a realizar actividades remotas que necesitan una menor latencia en la conexión, en las que la interrupción de los datos sea prácticamente nula, dice Rojón.

Por ejemplo, si monitoreas una vaca a distancia no hay problema si se desconecta la señal por unas fracciones de segundos; sin embargo, si se controla a distancia un vehículo autónomo que transporta personas, en caso de que haya una desconexión de segundo, el resultado podría ser fatal, señala.

“Todo esto libera el potencial para nuevos servicios: contar con ultra broadband (banda ancha) con capacidad de tener acceso de un Gbps en promedio en dispositivos móviles, ofrecer video de alta calidad aun en área con alta densidad de usuarios, mayor movilidad, masificación de dispositivos y sensores (Internet de las Cosas), comunicación extrema en tiempo real (internet táctil), entre muchos otros factores”, destaca Armando Tamez, de Cisco México.

Sin embargo, esto no sucederá de la noche a la mañana: “Será un trayecto que puede llevar algunos años. Toda esta inversión necesita monetizarse y hoy en día los operadores de servicio están apenas monetizando las inversiones en 4G (LTE)”, agrega.

Además, todo este nuevo mundo de dispositivos debe ir asociado con una estrategia de seguridad ante la proliferación de conectar lo no conectado.

En lo técnico, Sebastián Cabello, experto independiente en telecomunicaciones, detalló que el 5G es más eficiente en el uso del espectro y tiene un diseño particular.

“Está pensado no tanto para el consumidor, más bien para las empresas, para el internet industrial, para el Internet de las Cosas.

Por eso es que el 5G ya se lanzó en Estados Unidos y todavía no hay dispositivos para el consumidor”, detalla Cabello.

Por otra parte, el especialista destaca que cada vez hay más personas y cosas conectadas que generan gran cantidad de datos, por lo que un componente de 5G es el uso de Big Data.

Altas expectativas

El estudio Potencial del 5G para consumidores, elaborado por Ericsson, menciona que los usuarios esperan que esta nueva tecnología ofrezca cambios en el rendimiento de las redes móviles, alivio en el tráfico de las redes en zonas urbanas y más opciones de banda ancha en los hogares como beneficios en el corto plazo.

Además, los usuarios esperan tener acceso a redes 5G en un plazo de dos a tres años, pues encuentran que les ofrece un valor agregado, y 67% está dispuesto a pagar por los servicios que se brinden a través de la nueva tecnología.